Independencia del Perú (1821-1826)
Tras el fracaso de las rebeliones de provincias y de las conspiraciones de los patriotas en Lima, en 1820 el escenario se tornó favorable a la independencia. Se produjo el desembarco en Paracas del general rioplatense José de San Martín al mando de las tropas de la Expedición Libertadora del Perú enviada desde Chile por el director supremo Bernardo O'Higgins luego de haber consolidado la Independencia de aquel país. El desembarco se inició el 8 de septiembre de 1820 y continuó los días siguientes.28 San Martín instaló su cuartel en Pisco y recibió el apoyo de la población. Enseguida, envió una expedición hacia el interior del país al mando del general Álvarez de Arenales, quien pasó por Ica y Huamanga (ciudades que juraron sus respectivas independencias) y llegó hasta la sierra central, donde derrotó a una división realista en Cerro de Pasco, el 6 de diciembre de 1820.29
Tras permanecer en Pisco casi dos meses, San Martín ordenó el reembarque del Ejército Libertador, que se inició el 24 de octubre de 1820. Días antes, el 21, dio un decreto estableciendo la primera bandera del Perú y el primer escudo del Perú, que posteriormente serían modificados por Bolívar, aunque la bandera conservó sus colores originales: el rojo y el blanco.30
La expedición libertadora enrumbó hacia el norte, pasando frente al Callao, para finalmente desembarcar en el puerto de Huacho, a 170 km al norte de Lima. El ejército libertador avanzó hasta el poblado vecino de Huaura, donde estableció su cuartel general.31 Fue en Huaura donde por primera vez San Martín proclamó la independencia del Perú, en noviembre de 1820, desde un balcón que hasta hoy se conserva como joya histórica.32
Desde el momento del arribo de la Expedición Libertadora al Perú, sucedieron importantes hechos que favorecieron los planes sanmartinianos de la Independencia. Primero, la independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de 1820.33 Luego, la captura de la fragata española Esmeralda y el paso del prestigioso batallón realista Numancia a las fuerzas patriotas,34 suceso este último que fue posible gracias a la labor incansable de los patriotas de Lima, entre ellos el célebre José de la Riva Agüero.35
Otro suceso importantísimo, fue la Independencia de todo el Norte del Perú, obra de los patriotas locales, de manera pacífica. La primera ciudad norteña en jurar su independencia fue Lambayeque, el 27 de diciembre de 1820.36 Luego, la ciudad de Trujillo (capital de la Intendencia del mismo nombre), a instigación de su intendente, José Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle, lo hizo el 29 de diciembre de 1820. Sucesivamente hicieron lo mismo Piura, Cajamarca, Chachapoyas, Jaén y Maynas.37 El mismo San Martín reconoció posteriormente que si no hubiera sido por el apoyo masivo del norte peruano, se habría visto en la necesidad de volver a Chile para reorganizar sus fuerzas, ya que estas eran inferiores a las fuerzas virreinales. Queda así claro que el apoyo de los peruanos fue fundamental y decisivo para lograr la Independencia Hispanoamericana. Posteriormente se difundiría el llamado “mito de la independencia concedida”, según el cual la independencia peruana fue concedida por los ejércitos libertadores argentino-chileno y grancolombiano, desconociéndose el aporte peruano.38
El virrey Joaquín de la Pezuela entabló negociaciones con San Martín, las mismas que se realizaron en Miraflores, pero que culminaron en fracaso.39 Finalmente el general español José de la Serna, tras un pronunciamiento militar contra Pezuela (Motín de Aznapuquio), asumió el gobierno del Virreinato.40 El nuevo virrey se entrevistó personalmente con San Martín en la hacienda Punchauca, pero igualmente no se llegó a ningún acuerdo.41
Lima, la capital virreinal, se vio amenazada por el avance del ejército libertador y el acoso de las montoneras patriotas, estas mayormente conformadas por hombres andinos, y que, dicho sea de paso, constituyen otro ejemplo del aporte valioso de los peruanos a la Independencia.42 A comienzos de julio de 1821 se vivía en Lima una tremenda escasez de alimentos, debido precisamente al asedio de las montoneras, que cortaron las vías de comunicación con el exterior.43 Las tropas realistas no contaban con recursos y los patriotas ya habían conseguido importantes victorias al interior del país, en tanto la población entera reclamaba la presencia del Libertador.
Ante la situación adversa, La Serna abandonó Lima y se dirigió hacia la sierra. San Martín ingresó a Lima en la noche del 12 de julio de 1821. El cabildo de Lima firmó entonces el Acta de Independencia del Perú el día 15 de julio, independencia que San Martín proclamó en una ceremonia pública el 28 de julio (fecha que desde entonces se celebra como Fiestas Patrias).44
Sin embargo, la proclamación de la independencia fue meramente un acto formal, ya que las fuerzas realistas continuaron dominando las regiones más extensas, más pobladas y más ricas del país: la sierra central y todo el sur peruano (incluyendo el Alto Perú), teniendo como nueva capital virreinal al Cuzco.45
Tras proclamar la independencia del Perú, San Martín asumió el mando político militar de los departamentos libres del Perú, bajo el título de Protector, según el decreto del 3 de agosto de 1821. Su gobierno se llamó el Protectorado del Perú. Dio al estado peruano su primera bandera y escudo, su himno nacional, su moneda, su administración primigenia y sus primeras instituciones públicas. Asimismo, creó la Biblioteca Nacional del Perú, dio libertad a los hijos de los esclavos negros y abolió el tributo indígena. Pero faltaba dar una Constitución Política y mientras tanto, impuso un Reglamento provisorio, reemplazado después por un Estatuto.46
El 27 de diciembre de 1821, San Martín convocó por primera vez a la ciudadanía con el fin de que eligiera libremente un Congreso Constituyente, con la misión de establecer la forma de gobierno que en adelante regiría al Perú, así como una Constitución Política adecuada.47 En lo personal, San Martín era partidario de la Monarquía Constitucional, aunque la mayoría de los peruanos simpatizaban con la forma republicana de gobierno, al estilo de los Estados Unidos.
El problema mayor para San Martín, era, indudablemente, la guerra contra los realistas. Hay quienes le han reprochado el no emprender una ofensiva total sobre los realistas, como lo había hecho en Chile, pero el Libertador tenía sus razones. En primer término, era consciente de la inferioridad numérica de sus fuerzas, comparada con la de los virreinales. Estos dominaban el interior del país, desde Jauja hasta el Alto Perú, y sumaban un total de 23.000 soldados, la mayoría hombres andinos. San Martín solo contaba con 4.000 efectivos. Un importante triunfo para los patriotas fue la rendición de las fortalezas del Callao, el 19 de septiembre de 1821, cuyo jefe, el mariscal peruano José de la Mar, se sumó a la causa patriota.48 Mientras tanto, el virrey La Serna reorganizaba sus fuerzas en la sierra central y sur del Perú y en el Alto Perú, desde donde realizó incursiones sobre la costa, destruyendo un ejército independiente en la batalla de Ica o de La Macacona, el 7 de abril de 1822.49
De otro lado, desde el norte, el Libertador Bolívar avanzaba triunfante, ganando territorios para la Gran Colombia. Precisamente, un ejército combinado argentino-peruano y grancolombiano obtuvo el triunfo en la batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822, que selló la independencia del territorio de la antigua Presidencia de Quito (actual Ecuador). Esta región, junto con la Provincia Libre de Guayaquil, pasó a formar parte de la Gran Colombia, a instancias de Bolívar.50
Producida así la confluencia de las dos grandes corrientes libertadoras de Sudamérica, San Martín viajó a Guayaquil para entrevistarse con Bolívar. Durante esta entrevista, ambos discutieron a puerta cerrada importantes cuestiones sobre la empresa libertadora, pero sin llegar a ponerse de acuerdo. San Martín retornó al Perú, desilusionado y convencido de que debía retirarse para dar pase al Libertador del Norte.51
El 20 de septiembre de 1822 se instaló el primer Congreso Constituyente del Perú, compuesta por 79 diputados (elegidos) y 38 suplentes (para los territorios ocupados por los realistas). Entre sus miembros se contaban los más destacados miembros del clero, el foro, las letras y las ciencias. Ante este Congreso, San Martín renunció al protectorado y se dispuso a abandonar el Perú. Como Presidente del Congreso fue elegido el diputado por Arequipa Francisco Xavier de Luna Pizarro.52 Las Juntas Preparatorias las presidió el célebre precursor Toribio Rodríguez de Mendoza.53
Los legisladores empezaron por entregar el poder ejecutivo a un grupo de tres diputados, que conformaron un cuerpo colegiado denominado la Suprema Junta Gubernativa (presidida por el general José de La Mar e integrada por Manuel Salazar y Baquíjano y Felipe Antonio Alvarado). Esta Junta entró en funciones el día 21 de septiembre de 1822.54
El nuevo gobierno afrontó la guerra contra los realistas que aún dominaban la sierra central y sur del Perú, poniendo en práctica el plan esbozado por San Martín, llamado el de los “Puertos Intermedios”. Consistía este en atacar a los realistas desde los puertos del sur peruano, combinado con otro ataque desde la sierra central, junto con una eventual acometida desde territorio rioplatense, para cercar así al enemigo. Esta primera Campaña de Intermedios acabó en fracaso, al no ponerse en práctica el plan completo. Los patriotas sufrieron las derrotas de Torata y Moquegua (19 y 21 de enero de 1823).55
El Congreso y la Junta de Gobierno quedaron tremendamente desacreditados ante la opinión pública. Ante el temor de una ofensiva española, los oficiales patriotas al mando de las tropas que guarnecían Lima, se movilizaron desde sus acantonamientos hasta la hacienda de Balconcillo, a media legua de la capital, desde donde exigieron la destitución de la Junta y la elección de un solo Jefe Supremo. Sugirieron incluso el nombre del oficial indicado para asumir el gobierno: el coronel de milicias José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete. El Congreso, acatando este pedido, disolvió la junta y nombró como Presidente a Riva Agüero (28 de febrero de 1823). Fue el primer golpe de estado de la historia republicana peruana, conocido como el Motín de Balconcillo.56
El presidente José de la Riva Agüero (el primero en ostentar el título de Presidente del Perú y en usar la banda presidencial bicolor) organizó una Segunda Campaña de Intermedios. El ejército patriota arribó a Arequipa y se internó en el Alto Perú, llegando a La Paz el 8 de agosto de 1823. Pero tras la victoria de Zepita, los patriotas debieron emprender una retirada precipitada, hacia la costa.57 Ante este nuevo fracaso militar, el Congreso decidió llamar a Bolívar, para entregarle la conducción de la guerra contra los realistas.58
Mientras que, Riva Agüero, tras ser destituido por el Congreso, marchó a Trujillo, donde en rebeldía instaló su gobierno, con su propio Senado. En Lima, el Congreso nombró en reemplazo de Riva Agüero al marqués de Torre Tagle, que se convirtió así en el segundo Presidente del Perú. De ese modo, dos gobiernos se disputaban el poder en el Perú, asomando la anarquía.59
El 1 de septiembre de 1823 arribó al Callao el Libertador Bolívar. El día 10 de septiembre el Congreso de Lima le otorgó la suprema autoridad militar en toda la República. Seguía siendo Torre Tagle presidente, pero debía ponerse de acuerdo en todo con Bolívar. El único obstáculo para Bolívar era Riva Agüero, que instalado en Trujillo con un ejército de 3.000 hombres, dominaba toda la región aledaña. Sin embargo, los mismos oficiales de Riva Agüero, apresaron a este y lo enviaron al destierro. Así se pudo finalmente unificar el mando del país en manos de Bolívar.60
El 5 de febrero de 1824, se produjo un motín en las fortalezas del Callao, de resultas del cual los realistas recuperaron este importante bastión. Ante tal delicada situación, el Congreso dio el 10 de febrero un memorable decreto entregando a Bolívar la plenitud de los poderes para que hiciera frente al peligro, anulando la autoridad de Torre Tagle. Se instaló así la Dictadura.61
Tras asumir así los poderes absolutos, Bolívar, con refuerzos llegados de la Gran Colombia, se instaló en Trujillo, donde, contando con los recursos que a manos llenas le otorgaron los lugareños, preparó la campaña final de la independencia del Perú y de Hispanoamérica.62Mientras tanto, en las filas realistas cundió la división, lo que se hizo evidente con la sublevación del 22 de enero de 1824 del general Pedro Antonio de Olañeta en el Alto Perú.63
Bolívar abrió finalmente campaña, siendo su primera gran victoria fue la batalla de Junín, librada el 6 de agosto de 1824, donde tuvieron una destacada y decisiva actuación los Húsares del Perú, conocidos desde entonces como los Húsares de Junín, escuadrón compuesto por aguerridos montoneros andinos.64 Más tarde, el lugarteniente de Bolívar, el general Sucre, obtuvo la victoria de Ayacucho, donde también destacó la Legión Peruana, que se constituyó en la base del ejército peruano (9 de diciembre de 1824). Esta victoria determinó el final de la guerra en el Perú, que se concretó con la firma de la capitulación de Ayacucho.65 El último resto de la resistencia realista sucumbió con la toma de las fortalezas del Callao en enero de 1826.66
INTERSANTE REPORTAJE SOBRE ESTE MOMENTO HISTORICO DE NUESTRA PATRIA
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